martes, 31 de mayo de 2011

Dolor y compañía.

No puedo seguir haciendo lo que estoy haciendo. Me causa demasiado dolor.

Seguiré, claro que seguiré, nos va demasiado en ello, pero voy a parar un rato, me vendré con vosotros, escribiré unas letritas.

El bosque parece el bosque animado: el bosque alrededor de nuestra casa. Por la zona se ha corrido la voz de nuestro farol, y conocen bien a Hidalgo y sus habilidades. Los del lugar lo conocen. No molestan mucho, no están a la vista de la casa, pero se bien que se han instalado en estas tierras. Han traído generadores, gasoil en cantidad, provisiones. Tiendas de campaña, hasta una casa prefabricada. Como en el pueblo oficialmente no pasa nada, el ejército no está actuando como debería. Esto tendría que estar organizado como un campo de concentración, equipado a lo grande. Pero no. Está este boca a boca de los del lugar. Van a sus cosas durante el día, pero poco a poco van desapareciendo los que no producen. Las abuelas y abuelos, los niños, los enfermos.

No lo pueden evitar, se hacen ver en muchas cosas. Sin embargo parecen tener un respeto por Hidalgo que ralla en lo supersticioso. Franco nos hace de enlace.

Las muertes, si, muertes, ya se están ocultando descaradamente. Suenan disparos. Todavía vienen turistas despistados, pero cada vez son menos.

Tenemos hasta gente del Consell General, jejeje. Sin embargo no estamos en Cataluña, sino en Andorra.

Veo que viene Franco, a ver qué quiere... os dejo, tened cuidado, mucho cuidado. Largaos de las ciudades, no os preocupéis demasiado por el dinero, pronto ya no valdrá nada. Valdrán los objetos útiles. Valdrá tener las gónadas bien puestas, estar sano y fuerte. Poco más.

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Cuadrandoiro

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