Bueno, ya es hora de volver a los mensajes que al principio lanzaba Hidalgo.
Espero que todos los que estamos ya poseamos pruebas suficientes de lo que está pasando como para tomarlas en serio. Esta semana he estado completando una serie de ejercicios muy dolorosos, que unidos a la lectura de cierto texto prohibido me permiten hacer un barrido por un terreno muy amplio, para poder detectar los flujos del Nuiz. Estamos muy jodidos.
El Nuiz es peligroso en un modo sutil. El que tiene una navaja renuncia a gran parte de sentido común cuando se repite "tengo una navaja" para conjurar el miedo. Alguno de vosotros pudiera tener talento. O estar "dormido" por la fundación y programado para despertar mediante ciertos estímulos. No sabemos nada de Andy y de No-Faustino, pero la hermana de Andy, o el mismo No-Faustino podrían estar en el caso. Que sepáis que podéis ser usados como carne de cañón (sin saberlo, claro) si lo creen conveniente. Al menos los que conozco yo.
El trabajo que llevo hecho no tiene aplicaciones prácticas. Se han molestado en librarnos del nido por que nos necesitaban para eso.
Haced de una puñetera vez acopio de provisiones. De poco peso. Intentad disponer de un medio de locomoción que no sea un coche, porque los atascos en caso de crisis os pueden dejar paralizados. Lo mejor sería una moto, pero hay que saber utilizarla, o un sidecar. Mirad qué personas cercanas os queréis llevar al refugio que elijáis. En ese refugio tened un generador, gasoil, herramientas, manuales de mecánica, un arcón congelador, alimentos y conservantes (como sal en buena cantidad o pimentón... cosas así) Largaos de las grandes poblaciones. Cagando leches. Las alcantarillas están saturadas. Bilbao tiene los días contados. Madrid, algo parecido. Bueno, he echado un vistazo a ciertos estudios, jejejeje. Preparaos para vivir días interesantes, muy interesantes.
Aquí estamos Adela, yo, Franco, Hidalgo, la madre de Adela parece que vendrá pronto aunque es difícil de convencer. Esta zona, pienso que será segura durante algún tiempo. Dejaré a Hidalgo decir dónde se encuentra, aunque no creo que valga la pena ocultarlo.
A por ellos, que son pocos y... bueno, lo llevamos crudo, pero vamos allá.
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