Este dibujo representa a la serpiente, Damballah. Es una entidad muy peligrosa, según Brau. Pero, como todos, hará de garante de cualquier pacto que se celebre bajo su protección. Claro que respetará, como suelen hacer, únicamente la letra, no necesariamente el espíritu.
Brau no quiere acercarse a Internet, ni a ningún teléfono. Parece que le ha cogido bastante odio a la comunicación vía satélite, aunque no me ha dicho por qué.
Dice lo del tótem porque es lo que tenía Loa entre manos cuando Rebeca entró en su santuario. Puede que tenga que ver con el pacto, puede que no.
El tiempo que Brau ha estado sin su nuiz, ha conseguido recuperar bastante músculo. El grupo, que originalmente estaba formado por mi, Brau, Hidalgo y dos cazadores, pertenecientes a la mano vacía se separó siguiendo dos pistas. Buscábamos la sombra de Hidalgo.
Nos habíamos encontrado con dos de nuestros compañeros del campo de la Senyora Escola, el primer asentamiento formado alrededor de la casa de Hidalgo, en Andorra. Eran un chico y una chica, Andreas y Rosalinda. Su misión era ir a buscar medicamentos a zonas no saqueadas, y nos comentaron que habían sabido de un extraño suceso luminoso, cerca de Matalascañas.
Nosotros seguíamos la segunda de las dos pistas: el rastro del demonio-sombra. Un pájaro negro, que lanzaba poderosos aullidos en la noche y que habían visto ellos mismos, hacía varias horas.
Nuestra pista está delante de nosotros, y ha resultado un fiasco. El "pájaro" habrá caído al suelo no hace demasiado tiempo, lo hemos encontrado guiados por el humo que desprendía. Era, no os lo vais a creer, un ultraligero con un equipo de sonido sujeto con alambre y que emitía sonido a un montón de decibelios. Ahora todo está destrozado, por la caída, incluido el ocupante: un viejo extraño con gorro, bufanda y gafas de aviador. La verdad es que no dejo de sorprenderme por las cosas que nos pasan. El equipo de sonido todavía zumbaba, y de su interior hemos sacado un cd de los AC DC.
Mientras Brau no recupere el poder de manos de Rebeca, su visión se limita a un par de hechizos que ha aprendido en sus viajes. Se ha agenciado un mechón del cabello de Hidalgo, y seguiremos su pista en cuanto descansemos. Nos ha de bastar el uso de un poco de magia, de momento.
Mientras tanto, os mandamos ánimos a todos. Y todo nuestro cariño.
Adela.
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